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  1. Emprendedores... ¿De otra pasta?

    miércoles, 11 de diciembre de 2013

    ¿A cuántos emprendedores de verdad conoces? Llevo meses planteándome esta pregunta y solo se me ocurren dos nombres. No hablo de gente como Bill Gates o Steve Jobs, sino de personas cercanas con las que haya tenido alguna relación distinta a la de usar sus productos. En estos tiempos de crecimiento negativo (recesión), movilidad exterior (fuga de cerebros) y flexibilización del mercado laboral (despidos), emprender me sigue pareciendo un término vacío de significado. En cambio, nos "obligan" a ser emprendedores, que es algo así como forzar a alguien a ser nostálgico, hiperactivo o tímido. Ser emprendedor tiene mucho que ver con el carácter y menos con los medios económicos o la situación laboral.


    No todo el valle/monte es orégano

    Como en todos los ámbitos polémicos, abundan los mitos y las falacias: no todos los autónomos son emprendedores (ni mi fontanero ni mi peluquero lo son, aunque podrían), ni triunfan en Silicon Valley o, aún peor, montan un Villarriba Valley y pretenden recrear un entorno de éxito empresarial colectivo, con la frustración posterior al no conseguirlo. Lo cierto es que tampoco compro la filosofía del "si no hay trabajo, emprende y créalo tú". El mundo no funciona así y los jóvenes y no tan jóvenes suelen carecer del dinero, el apoyo, las ideas o, simplemente, las ganas necesarias. Después de esta reflexión personal, os cuento la historia de dos emprendedores de verdad.

    Al primero lo conocí en un AVE de Alicante a Madrid. Se llama Nacho Escobar, es fan del yogur de pera y su último proyecto empresarial y solidario se llama Futboling. Futbolines modernos conectados a internet en los que un tercio del euro que cuesta cada partida se destina a una ONG o fundación. Parece una idea sencilla pero, si se le había ocurrido a alguien antes, no lo había puesto en marcha. En las pocas horas de trayecto que compartí con Nacho aprendí más que en 10 charlas de libro de autoayuda que dan estos personajillos que se hacen llamar gurú, CEO o evangelizador. 

    Nacho nos contó cómo creó su primer negocio con una máquina para imprimir tarjetas de visita cuando era niño, cómo consiguió trabajo hace años para su hermana con uno de esos CV creativos que ahora encontramos a patadas y nos habló de las dificultades de montar una empresa y vivir de ello y de su interés en que su hija siga estudiando piano. 


    Así es una maquinita de Futboling

    Al segundo emprendedor lo conozco bastante más porque era el padre que se empeñaba en que su hija estudiara violoncello. Es de otra generación, de los que montaban un negocio con 22 años donde tenían que vender cuadros de amigos artistas o pulseritas hippies (no había subvenciones, ni ayudas y nadie hablaba de emprendedores) y, a mi edad, ya tenían dos hijos, un coche rojo y un par de tiendas. Luis Rubio (alias el regalitos, el de Puzzle) ha emprendido con tiendas de regalos, juguetes, discos, libros y vino.


    Día a día de cajeras de El Corte Inglés, Zara, Pull&Bear...

    Ninguno de sus negocios se ha convertido en Toys'r'us ni en El Corte Inglés pero ha sobrevivido a varias crisis, a estos mastodónticos centros comerciales, a la muerte del vinilo y el CD y a varias semanas en coma después de una operación cardiaca. Luis es capaz de venderle una botella de vino a un abstemio sin hablar su idioma, sabe de ROI y de SEO sin haber estudiado marketing en su vida y aplica políticas empresariales propias (nunca hace descuentos, prefiere tener un detalle contigo u ofrecer, también sin saberlo, valor añadido: entregas a domicilio, atención personalizada...). Si tengo que elegir, me quedo con estos emprendedores extremeños antes que con Mark Zuckerberg o Amancio Ortega. Son auténticos y nuestro futuro económico sí que depende de ellos.

    Besos

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  2. 4 comentarios:

    1. Inés dijo...

      ¡Bravo! Comparto tu forma de ver y entender el «emprendimiento», o lo que antes se llamaba «echarle un para a la vida, tener la obligación y necesidad de salir adelante, buscarse las habichuelas, sobrevivir; vivir».

    2. ¡Qué bonito! Me ha encantado.

    3. PLAS PLAS PLAS....un gran aplauso para una gran entrada...Espectacular, genial y yo qué sé cuántas cosas más poner...yo conocí el proyecto Futboling, porque donde mi jefe tiene oficina, en la zona de descanso estaban poniendo una y me quedé hablando con el chico que la montaba preguntando de qué iba el proyecto y, me encantó (el proyecto, no el chico, jeje, aunque era muy simpático)...

      Y de Luís, bueno, qué voy a decir de él, un ejemplo de supervivencia lo mires como lo mires...en todo su ser. Agradezco de corazón todos los detalles que ha tenido siempre con nosotros.
      Hoy en día no me dedico a LO MÍO (que no sé ya ni lo que es) , pero reconozco que gracias a su forma de entender al cliente, a la experiencia que cogí en la tienda de discos y libros con mi madre, a otros tantos emprendedores que están a su alrededor, he conseguido aprender a atender al público como no lo hacen las dependientas de otras cadenas, con mi toque personal, que es lo que realmente gusta, lo personal, el tú a tú con cercanía y respeto.

      Así que doy las gracias a este tipo de emprendedores, gracias a ellos tiramos para adelante.

    4. Oscar dijo...

      Fantástica la maquina de Futboling!!!

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