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  1. 1756-1791

    domingo, 18 de enero de 2009

    ¿Reconoces lo que representan estas fechas sin recurrir a San Google? Si es así, eres miembro de una secta. Yo también lo fui y, en parte, lo sigo siendo. Está claro que los músicos son (somos) de otra pasta. Desde niños, los músicos empiezan a aprender términos como mordente, cerda o aria da capo. Normal que se traumaticen antes que el resto.

    Luego, en los botellones, se dedican a entonar el Canon de Pachelbel a cuatro voces, hasta el punto de odiarlo tanto que, años después, exigen no escucharlo, bajo ningún concepto, en sus bodas, especialmente cellos y contrabajos.

    Los músicos no cuentan chistes de Jaimito, sino de violas. Éstos son incomprensibles y muy malos.

    Además, se organizan en una jerarquía sectaria. En el estrato inferior, casi rozando el cuarto de tono de distancia de la nota real, están violas y tubas. En la cumbre asoman la cabeza los "concertinos" (reconocibles por su ego). Como todos, son seguidores de una fe monoteísta similar a la católica. Hay un padre (Bach), un hijo (Mozart), concebido por una María que se parece a Anne-Sophie Mütter, y un Espíritu Santo (el director de turno).

    Es difícil convivir con músicos. Las reuniones de su secta están formadas por parejas (quién sabe si tríos o cuartetos) de fieles sinécdoques. Puedo contar que mi amiga "flauta" sale con un "guitarra" y mi amigo "violín" está loco por una "oboe". Las "arpas" son para darles de comer aparte. Cualquier historia relacionada con haberse ligado a una arpista forma parte de la categoría de leyenda urbana. En estos actos sociales, es difícil meter baza si no eres sectario o no conoces su jerga. Es parecido a salir con un grupo de informáticos. Puedes pasarte horas escuchando hablar de los estudios de un tal Hindemith (que mejor si no hubiera nacido) y de la genialidad de Mähler y sus modulaciones.

    Advertidos estáis...

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  2. 5 comentarios:

    1. CQ dijo...

      Yo de música no tengo mucha idea, pero me encanta la redacción de este post (los profesionales de la lengua también somos miembros de nuestra particular secta ;-)).

    2. Anónimo dijo...

      aaaaaaayyyyy los musicos.. jijiji!!!

    3. Anónimo dijo...

      AMEN. Aunque creo que este post podría ser tan largo como el quijote, y es que los músicos verdaderamente somos de otra especie. Si tengo tiempo más adelante comentaré más patologías y filias propias de la profesión pero mientras tanto les animo a que vean la película del genial director F. Fellini "Ensayo de orquesta" para que vayan entrando un poco en materia. Un saludo, (el violinista que está loco por la oboe. jiji)

    4. Anónimo dijo...

      jajajjaa, de hecho, paso unas cuantas horitas en internet, pero por supuesto buscando interpretaciones, versiones, partituras...para luego subirme a mi sala de estudio y seguir y seguir y seguir...........como iba a saber yo que se habia escrito un post dedicado a musicos??? sorry my friend.........asi somos!!

    5. dragonfly dijo...

      XDDD

      Creo que no formo parte de la secta

      Me gusta la música. He escuchado poquita música clásica. Y tengo una forma bastante particular de escuchar música: con la tripa. Si algo me revuelve la tripa, las emociones, me gusta. Aunque no sepa ni lo que es.

      Un saludo

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